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Pero la ruptura de Linares con él y la discontinuación de la línea progresista, provocaron la Revolución Reivindicadora que le derrocó en 1879. Guzmán Blanco tuvo que regresar al país y tomar nuevamente las riendas del gobierno. La Cosiata de 1826, liderada por Páez, fraguó dicha inconformidad del departamento de Venezuela con el gobierno de Bogotá. Al huir por el rechazo del gobierno, organizó en Curazao una invasión apoyada por caudillos regionales como Joaquín Crespo y Francisco Linares Alcántara. Su intento por ampliar su mandato de dos años causó la Revolución Legalista de 1892 encabezada por Joaquín Crespo, quien obtuvo el poder y estableció la presidencia de cuatro años y el voto directo. Antonio Guzmán Blanco, hijo de Antonio Leocadio Guzmán, tramó junto con su padre el retorno al poder de los liberales. El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como república fue José Antonio Páez, quien se juramentó como Presidente en abril de 1831, y su Vicepresidente fue Diego Bautista Urbaneja.

Un ejército dirigido por Miguel Antonio Rojas se alzó en la región central, con el expresidente José Tadeo Monagas en la región oriental. En 1835 delegó el poder en José María Vargas, el primer civil en dirigir el país. En 1863 se firmó el Tratado de Coche, que significó el acceso al poder de los liberales y el fin de una guerra que diezmó a la población. Tomó Caracas en abril, por lo que su acceso al poder se conoce como la Revolución de abril. Igualmente, debilitó el poder de la Iglesia católica, al pasar al Estado funciones que tradicionalmente eran realizadas por ésta. Dada la difícil situación, Falcón delegó el poder en manos de Manuel Ezequiel Bruzual.

Falcón sembró rencor tanto entre los conservadores como en la disidencia liberal, causando que ambos bandos se unieran para derrocarle en 1867 con la Revolución Azul. La Formación Roraima, al sureste del país, es precisamente la responsable de la presencia de los tepuyes, entre los que destacan la Meseta del Auyantepuy. Fue su política una promoción del culto a los héroes del pasado, especialmente a Simón Bolívar, como estrategia para unir el país. Los decretos del nuevo gobierno crearon descontento en liberales, y la inestabilidad hizo inminente el estallido de un conflicto armado conocido como la Guerra Federal. Los orientales, viendo el tratado como una traición, prosiguieron su campaña hacia Caracas, a la que capturaron finalmente, instaurando así el gobierno de los azules, Guillermo Tell Villegas y José Ruperto Monagas. Su candidato a sucesor, Ignacio Andrade, venció en las elecciones de 1897, pero su rival José Manuel Hernández, alias el Mocho, acusó fraude y se rebeló en Queipa.